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miércoles, 13 de abril de 2011

El IPC y el salario español

Hace unos meses escribí en este mismo blog un artículo sobre sueldos. Aquel artículo hablaba sobre las distintas fórmulas con las que una empresa podía fijar los sueldos de sus empleados. Esto, evidentemente, se traslada al ámbito macroeconómico, pues la forma de pagar a sus empleados no es fijada sólo por las empresas, sino que intervienen otros agentes (no) económicos: sindicatos, comités de empresa, asociaciones, y gobernantes. Más se podría decir que la empresa en realidad es quien menos interviene en la decisión de fijar un salario a un puesto de trabajo determinado. Hablar de salarios entonces venía a colación por la visita de la canciller alemana Angela Merkel, la cual traía consigo ofertas de trabajo de empresas de su país con el objetivo de captar interesados. Pero también trajo un debate, del que, como casi siempre en nuestras tierras, se escribió y habló mucho durante unas semanas, y nunca más se supo: la idea de ligar la evolución salarial a la productividad, en lugar de hacerlo a la evolución de los precios, al IPC.

Hoy no quiero hablar de este asunto, pero está estrechamente ligado. Como decía, nunca más se supo de este debate en el que empresarios y sindicatos estaban en desacuerdo (como no podía ser de otro modo, claro, es su propia idiosincrasia): los empresarios abogaban por la implantación de una evolución salarial en base a la productividad, y los sindicatos, porque se quedara como está, ligada al IPC. Y así siguen los sueldos, ligados al IPC. La principal ventaja de este sistema es que con él los trabajadores no pierden poder adquisitivo en el mercado, al evolucionar su sueldo en igual proporción que los precios de los bienes y servicios en él. Sin embargo, ¿es tan bueno este sistema? ¿Se respeta? ¿Tenemos los trabajadores españoles unos salarios acordes con el "coste de la vida" que hay en nuestro país? La respuesta es NO. Cada año, tarde o temprano, sale un (por lo menos uno) estudio sobre la pérdida de poder adquisitivo que tienen los trabajadores españoles. El primero de este año no se ha hecho esperar demasiado:

http://www.20minutos.es/noticia/1019285/0/salarios/precios/espana/

Tras leer esta noticia, es importante analizar por separado cada componente para entenderla mejor, y no dejarse llevar por el impulso inmediato de autodesgracia (Spain is different, y esas cosas).
Para empezar, hay que entender qué es el IPC: es el acrónimo de Indice de Precios al Consumidor o al Consumo. Se trata de un índice en el cual se incluyen los precios de los productos más consumidos por los habitantes de una región, en este caso, España. Este conjunto de productos recibe el nombre de "cesta de consumo".Para elegir que productos componen esta "cesta" se hace una encuesta representativa, cada cierto tiempo, a los cuidadanos; aquellos productos más consumidos por la mayoría se incluyen en la cesta, dejando fuera los restantes. De esta manera, la cesta suele estar compuesta por alimentos como pollo o leche, pero no por caviar o trufas; es decir, productos que consumen prácticamente el total de la población en una proporción semejante por persona. De otra forma, no sería un índice fiable, por estar sustentado sobre productos de consumo más/menos casual u ocasional. Una vez compuesta la cesta de consumo, se halla el precio medio de cada producto en cada Comunidad Autónoma (y a su vez, a nivel provincial), y con estos datos se elabora el IPC nacional, que es el índice empleado para la evolución de salarios.
Con estos datos, se puede hallar el IPC del primer año de estudio (pongamos que es el primer año que se estudia la evolución de los precios), al que se denomina "año base". Sobre este año base, se calculan los precios de los productos y se puede hallar su evolución, en tanto por ciento. Por ejemplo, si el año base es 2009, el IPC toma un valor de 100 puntos; si en 2010 toma un valor de 110 puntos, significará que los precios han subido un 10 %. La fórmula que se usa es: ((IPC año a calcular/IPC año base)-1) * 100. De esta forma: ((110/100)-1) *100.
En realidad, el matiz de restar 1 al cociente y multiplicarlo por 100 se usa sólo para expresar el dato en porcentaje, porque para calcular la evolución es suficiente con los índices de cada año.
En España el organismo encargado de llevar a cabo este proceso es el INE (Instituto Nacional de Estadística). En su web (http://www.ine.es/) se pueden consultar los índices por producto, por conjunto de producto, por año, etc. Se puede estudiar la evolución de los precios desde muchas perspectivas. Como muestra de un estudio sobre el IPC, la siguiente tabla de excel muestra medias y datos porcentuales de esta variable tomando como conjunto de datos CCAA y el conjunto de la nación:

http://es.scribd.com/doc/52936780/IPC-Espana

El otro aspecto del artículo sobre el que me gustaría incidir es sobre el salario medio actual de un trabajador español, inferior no sólo a la media de salarios de países de la UE. Es tan bajo, que sólo es inferior el salario de países de reciente incorporación, como Polonia, o de países en grave crisis financiera, que han necesitado ayuda comunitaria, casos de Grecia y Portugal. Resulta curioso que otro país en las mismas cirscunstancias que los dos anteriores, Irlanda, tenga un salario medio por trabajador superior al de nuestra economía.
Sin embargo el por qué quiero hablar de este aspecto no es tanto por el hecho (lleva mucho tiempo siendo así, para desgracia nuestra), sino por el poco rigor con el que se comenta en el artículo. No es correcto comparar salarios medios de una economía con los de otra, porque no se tiene en cuenta una variable muy importante: el coste de vida de esa economía. El coste de vida no es sino el precio de los bienes y servicios de una economía. Por este motivo no es riguroso decir que España tiene un salario medio inferior a Alemania, sin tener en cuenta que el coste de vida alemán también es superior al español. A modo de ejemplo: si los ciudadanos de una economía tienen un salario medio de 20.000 €, y un coste de vida de 10.000 €, están en mejor situación que los ciudadanos de una economía cuyo salario medio es de 30.000 €, con un coste de vida de 25.000 €. En otras palabras, el poder adquisitivo (así se llama el resultado de relacionar estas dos variables) de los trabajadores de la segunda economía es inferior al de los trabajadores de la primera, aunque su salario medio sea superior.
Considero más apropiado hablar de poder adquisitivo, y no de salarios medios, es más riguroso. Ya metidos en harina, en realidad las conclusiones son similares: el poder adquisitivo de los ciudadanos (o trabajadores, realmente considero apropiado usar tanto una como otra denominación) de España es de los peores de Europa, muy alejados de la media europea y comunitaria. Como muestra de esto, me remito al siguiente estudio del profesor de Geografía Económica Andrés Rodríguez Pose:

http://www.consumer.es/web/es/economia_domestica/finanzas/2003/09/18/65794.php

O a este artículo publicado en el diario Expansión:

http://www.expansion.com/2010/03/29/economia-politica/1269877998.html?a=9a6c61213fba80f83d1eba145a19bfbc&t=1302715519

Ségún el propio estudio citado, como así piensan otros muchos expertos, la tendencia (o querencia, porque tendencia no es, no hay datos que lo corroboren) en el campo del poder adquisitivo en Europa es a la unificación. Es decir, que las economías más alejadas de la media de los 100 puntos, lo estén menos, y en conjunto, las desviaciones entre países sean menos pronunciadas. Es factible pensar que debería ser así, tomando como base la libre circulación de productos y personas en todo el ámbito comunitario, y como herramienta básica la implantación y empleo de una moneda única controlada por un mismo organismo supranacional, en este caso, el BCE. Sin embargo, hay varios problemas a tan idílica concepción. La principal es simple: para que unas economías escalen hacia los "100 puntos", otras economías verían reducido su poder adquisitivo con mucha probabilidad, dando como resultado esta convergencia comunitaria. Y este aspecto no creo que sea muy del gusto de alemanes, franceses o ingleses, por ejemplo.
Sin embargo, debido al empleo de la moneda única y a la libre circulación de productos y personas lo que sí ha tendido a converger han sido los precios. En países como España, los precios se han incrementado notablemente desde la entrada en vigor de la "moneda única" en una convergencia hacia los precios de economías más punteras, como Alemania, o Francia. Sin embargo, la evolución salarial no ha corrido la misma suerte. Aunque debiera haberla corrido, ya que se supone que en nuestro país la evolución de los salarios va ligada al nivel de precios, ¿no? Si así fuera, mantendríamos nuestro poder adquisitivo intacto, y en aras de converger con economías punteras debieramos, incluso, de haberlo visto incrementado.

Pero no, va a ser que no...

viernes, 8 de abril de 2011

Abuelito, dime tú...(II)

Con la entrada de ayer traté de explicar la necesidad de llevar a cabo una reforma en el sistema de pensiones español, una reforma que se ha comenzado a ejecutar, y que se tornará en definitiva en los próximos años. Hoy hablaré de otra necesidad derivada de esta reforma, pero a nivel más particualar, y menos generalista: la necesidad, ante los reveses de la reforma, de constituir un plan de pensiones que garantice una tercera edad plácida económicamente.

Y es que si tanto nos quejamos de la mencionada reforma, si tanto aludimos que este sistema sólo quiere sangrarnos a impuestos sin darnos nada a cambio, y que la prestación una vez nos jubilemos va a ser de risa floja, lo mejor que podemos hacer es ponerle remedio. Pocos lo harán, en este nuestro ibérico país nos gusta mucho quejarnos, poco asumir nuestra parte de culpa en el problema, y nada hacer algo para solucionar, o al menos remediar, dicho problema. El remedio al problema de una pensión (pública) que se nos pueda antojar insuficiente es el mismo a seguri si nos parece insuficiente la sanidad o la educación públicas: recurrir al sector privado. En este caso concreto, constituir un plan de pensiones (la opción que cuenta con más adeptos, hay otras como seguros, u otras formas de aportación y fondo de reserva) que nos permita percibir una renta suficiente en el momento de retirarnos laboralmente para vivir con soltura económica esa última etapa de nuestras vidas. De aquí en adelante, intentaré desgranar y explicar las ventajas y los inconvenientes de los distintos tipos de planes de pensiones que existen en el mercado, y con la ayuda de una web especializada, nombrar los más adecuados de cada uno. Comenzamos.

Antes de nada, me gustaría aclarar las diferencias más importantes entre un plan de pensiones y el resto de opciones de ahorro de cara a la jubilación. Existen los siguientes productos:
  • Planes de pensiones: Es un instrumento de carácter financiero mediante el cual un beneficiario percibe en el momento de su jubilación (u otras contingencias, como desempleo de larga duración, o enfermedad que incapacite trabajar) una renta que puede ser recibida en forma de capital (toda la cantidad de una sóla vez), de renta constante (una renta periódica), o mixta (combinación de las anteriores). Esta cantidad a percibir se obtiene a partir de unas aportaciones, realizadas por el/los partícipes del plan, que puede ser o no el propio beneficiario; estas aportaciones se capitalizan generando una rentabilidad que dependerá del promotor del plan, que es la (generalmente) entidad financiera encargada de la gestión del plan, y del fondo de pensiones (la "bolsa" a la van a parar las aportaciones del partícipe, y los intereses generados por ellas). A modo de esquema gráfico:
Partícipe--(aportación)-->Promotor--(capitalización de las aportaciones)--(prestación)-->Beneficiario

Las normas de un plan de pensiones son la no irrevocabilidad de las aportaciones (una vez hechas, no se pueden recuperar hasta que no se den las circunstancias de recuperación), y la no inembargabilidad de las mismas. Asímismo, tienen deducciones fiscales, mediante una reducción de la Base Imponible general; y su prestación tributa como rendimientos laborales, mediante la tabla general de IRPF.
  • Planes de Previsión Asegurados (PPA): Se diferencian de los planes de pensiones en que su capital está asegurado por ley, y que garantizan una rentabilidad máxima del interés técnico del seguro; ambas cosas no están aseguradas en los planes de pensiones. Tienen la misma clasificación fiscal que ellos.
  • Planes de jubilación: Son seguros de vida, con lo cual su régimen fiscal no tiene nada que ver, como tampoco tiene nada que ver su funcionamiento: tributan por el capital generado, no por el aportado en el momento de la recuperación; las aportaciones no tienen deducción fiscal. Además, en ellos el dinero aportado puede ser retirado en cualquier momento.
Esta información la he tomado de la asignatura "Sistema Financiero", más concretamente de mi resumen de cara al examen final, usado en alguna otra entrada anterior. Para una información mas detallada del asunto que hoy trato, recomiendo consultar el siguiente archivo:

Conocidos los sistemas de previsión social más relevantes de nuestra economía, toca centrarse en el tema que nos ocupa: los planes de pensiones. Hay distintos tipos de planes de pensiones, dependiendo de quién los promueve, qué tipo de inversiones realizan, y qué obligaciones traen estipuladas su contratación:
  • Según el tipo de inversor:
  1. Individuales: Una persona contrata por sí sola un plan de pensiones por iniciativa propia, con una determinada entidad financiera.
  2. De empleo: Son aquellos cuyo promotor es una empresa, a modo de retribución a sus trabajadores.
  3. Asociados: Son aquellos que se contratan para un determinado colectivo, como sindicatos, o grupos religiosos; el promotor suele ser la asociación, y los partícipes, los miembros de la misma.
  • Según su forma de inversión:
  1. Renta variable: Aquello en los que como mínimo se invierte un 75 % del capital aportado en productos de renta variable (que, evidentemente, generan una rentabilidad variable), y el resto en renta fija (que genera una rentabilidad fija constante, conocida y determinada).
  2. Renta mixta variable: Invierten entre un 30 y un 70 % en renta variable, y el resto, en renta fija.
  3. Renta fija: Invierten sólo en productos de renta fija, por lo cual se conoce de manera exacta cuál será la rentabilidad que generará el capital aportado de antemano.
  4. Renta fija mixta I: Invierten hasta un 15 % del capital en renta variable, y el resto, en renta fija.
  5. Renta fija mixta II: Invierten entre un 15 y un 30 % del capital en renta variable, y el resto, en renta fija.
  • Según el tipo de aportación:
  1. Planes de aportación definida: Aquellos en los que se establece el importe económico de las aportaciones.
  2. Planes de prestación definida: Aquellos en los que se establece el importa económico de las prestaciones que recibirá el beneficiario en el momento de que ocurra la contingencia que posibilita la recuperación de las mismas; por su naturaleza, suelen ser planes de pensiones a un plazo fijo.
  3. Planes mixtos: Son una combinación de las dos anteriores modalidades: se fijan las cantidades tanto de las aportaciones, como de las prestaciones.
Dentro de los tipos de planes de pensiones, faltaría la clasificación que he explicado al detallar en qué consiste un plan, la clasificación según la forma de percepción de la renta, un asunto importante que trataré al final. Asímismo, cabría distinguir entre planes de pensiones a corto y a largo plazo, pero la única caractrística diferenciadora en esta clasificación es, evidentemente, el tiempo.

Conocidos todos los productos que pueden asegurarnos una plácida tercera edad, he investigado en internet cuáles son las opciones que a día de hoy ofrece el mercado, y he encontrado una clasificación interesante, en la se recogen los mejores planes de pensiones de cada tipo, teniendo en cuenta la inversión que se le da a la renta aportada, ya que el resto de variables son negociables en la mayoría de casos con la entidad financiera promotora del propio plan. Es la siguiente:


Así que sólo queda elegir el que más convenga a cada uno en función de sus características económicas y personales.
Aún me gustaría añadir un pequeño apunte sobre la fiscalidad de los planes de pensiones, y la forma de recuperación ligada a esta fiscalidad: constituir un plan de pensiones sólo es rentable si se obtienen rentas altas (que conllevan un tipo marginal alto en el momento de tributarlas a Hacienda) provenientes del trabajo/actividades económicas en el momento en el que se realizan las aportaciones, y si la recuperación se hace en forma de renta, y no de capital. Explico el porqué de esto: la fiscalidad de un plan de pensiones establece que las cantidades aportadas (hasta 10.000 € o el 30 % de la cantidad generada por rendimientos del trabajo y de actividades económicas; 12.500 € - 50 % para mayores de 50 años) pueden deducirse fiscalmente mediante una reducción en la base imponible que tributa en la declaración de la renta para el pago de IRPF (a "groso modo", en realidad es algo más complejo en lo que no voy a entrar porque no es necesario para explicar lo que quiero explicar); por otro lado, en el momento de la recuperación, estas cantidades tributan como rendimientos del trabajo y de actividades económicas, es decir, según tablas generales de IRPF. Dicho de otro modo: se ha de conseguir pagar un tipo menor en el momento de la recuperación que el que se ha ahorrado en el momento de la aportación: con un tipo marginal alto (un 43 %, es el más alto), si las aportaciones se recuperan en forma de renta, y estas (anualmente) no superan los 50.000 €, el tipo al que han de tributar no será del 43 %, sino inferior. Para que este aspecto se entienda mejor, he hecho la siguiente tabla:


En resumidas cuentas, interesa fundamentalmente a aquellos con salarios por encima de los 50.000 € anuales,con una recuperación en forma de renta inferior a 50.000 € anuales. En caso de salarios más bajos, se trata de trasladar el mismo planeamiento: si se cobra un salario de 25.000 € anuales, se ha de recuperar en forma de renta anual inferior a esta cantidad, 15.000 € anuales, por ejemplo. En ambos casos, la razón es la misma: para que tribute a un tipo inferior en el momento de la recuperación de lo que tributa en el momento de la aportación.

jueves, 7 de abril de 2011

Abuelito, dime tú...(I)

Posiblemente este post debería haberlo escrito hace unos meses, cuando la cuestión de la reforma en el sistema de pensiones español estaba en boca de todos los ciudadanos. No sólo en España, también en otros países, como la vecina Francia. Corrieron ríos de tinta sobre el tema, pero la verdad es que nunca me gusta escribir de temas de actualidad, por un motivo muy simple: la mayoría de la información es especulación mediática ségún el medio en que se lea; y, muy posiblemente, nos veamos obligados a escribir sin la claridad que da el tiempo de reflexionar el asunto. A buen seguro que si este mismo artículo lo hubiera escrito en enero, su desarrollo hubiera sido más errático y menos profundo. Ahora, cuatro meses después de la vorágine, guerra libia y tsunami japonés mediante, me dispongo a escribir sobre un tema sobre el que siempre he tenido una opinión clara y concisa, la cual mantengo, y que no me hace falta delatar; se delatará sola con el transcurrir de las letras y las palabras.

Lo primero, un link (para quien no recuerde el tema) a la noticia-análisis que hizo un diario español de la noticia, bastante analítico e imparcial:

http://www.elpais.com/articulo/economia/claves/reforma/pensiones/elpepueco/20110127elpepueco_4/Tes

En este artículo se recogen las principales claves de la reforma, si bien no se emite ningún juicio de valor sobre las mismas, como tampoco se habla de un aspecto que ningún medio (al menos que yo escuchase o leyese, en España si no es "carnaza" no se vende un colín, parece ser) quiso tratar: cada vez somos más
VIEJOS (si, con mayúsculas, porque es una realidad mayúscula en la que nadie repara).
¿Por qué? Porque en comparación a hace 30 años:
1. La ciencia médica está en contínua mejora, y con el paso del tiempo se van descubriendo curas de enfermedades antaño incurables, tratamientos menos dañinos, fármacos y vacunas más efectivos, etc.
2. Las condiciones higiénico-sanitarias también están en contínuo avance, por un aumento en la información cuidadana, y una conciencia ciudadana y cívica asentada: menos basura en las calles, información en cada envase de cada alimento, etc.
3. La calidad de vida es superior: cuidados, tratamientos, el IMSERSO, existen muchas herramientas que hacen que la 3ª edad en nuestro país se pase no ya de un modo muy digno, sino hasta apetecible.

Volviendo al tema que me ocupaba...desgranando las claves principales de la reforma de pensiones nos queda que:
- Hemos de trabajar más años (de los 65 a los 67) para poder jubilarnos, o hacerlo a edades más tempranas si queremos seguir abandonando el mercado laboral como hasta ahora (a los 65, con 38,5 años cotizados, en lugar de con 35).(*)
- La prestación por jubilación (pensión, coloquialmente) que nos quedará percibir una vez jubilados, será la resultante del cálculo de las cantidades cotizadas sobre los últimos 25 años, en lugar de ser sobre los últimos 15.(*)

Es decir, hemos de trabajar más, para cobrar menos, teniendo en cuenta que se sobresupone que se percibe un salario mayor cuando se está más cercano al fin de la vida laboral. Por este motivo, toda la población ha puesto el grito en el cielo; sin duda, son peores condiciones (ver tabla), pero...

http://es.scribd.com/doc/52501232/Pensiones-15-25-anos (tabla comparativa con una evolución salarial del 3 % anual acumulado año a año).

...esta reforma es necesaria, porque, repito, cada vez somos más viejos. Y no me refiero a que nos hacemos mayores y ya no podemos correr en el parque detrás de un balón con nuestros amigos. Me refiero a que la población española está formada, en una proporción creciente cada año, por personas mayores de 65 años, jubilados que perciben una prestación del Estado. Por otro lado, cada vez nacen menos niños, y la edad de la población activa (en edad de trabajar) es cada vez más avanzada. Esto se traduce en un envejecimiento progresivo de la población, lo que unido a una esperanza de vida en aumento constante (por el avance de la tecnología médica, las condiciones higiénicas, la salud en el trabajo, y otros muchos factores, como se ha mencionado antes), arroja un problema grave. Como muestra de lo dicho, los siguientes gráficos:

Como se puede constatar en estas dos pirámides demográficas (que así se llaman estos gráficos, aunque cada vez se parecen menos a una pirámide), la población española ha envejecido mucho en estos últimos 30 años: la primera pirámide es de 1980 (*2), y la segunda, de 2009, hace dos años. Y todo hace indicar que esta tendencia continuará en los años venideros:


Actualmente, ya vive mucha más población en edad de jubilación, y lo hace hasta edades cada vez más avanzadas, de la que lo hacía en 1980. A su vez, hay menos población joven, por la reducida tasa de natalidad que tenemos en España, una de las más bajas del mundo.
Esto se traduce en que las cantidades cotizadas por un menor número de personas (la población activa) ha de "pagar" las prestaciones de jubilación de un número cada vez mayor de personas (personas de más de 65 años). Dicho así, se entiende bastante bien, pero puede llevar a error; la siguiente tabla muestra una evolución del problema (datos ficticios), en la que esto queda demostrado de manera irrefutable, porque ya se sabe, los números no mienten...

http://es.scribd.com/doc/52504877/Cotizaciones (está en 2 partes, se ha subido así...el neto representa la diferencia entre la cotización total y la prestación total).

Se puede apreciar en la tabla, como a una minoración de la población activa, combinado con un aumento de la población en edad de jubilación (he puesto +65, pero sirve también para +67), nos da un resultado evidente de déficit en el neto, que sería la bolsa de aportaciones de la Seguridad Social, llevado al plano del sistema español. Por si fuera poco, también hay que tener en cuenta que con esta bolsa de aportaciones a la Seguridad Social no sólo se pagan las prestaciones por jubilación, también se han de pagar las prestaciones por desempleo, los planes formativos, y (casi) todo lo relacionado con la materia del empleo en general. Recordemos que España tiene un hándicap crónico: una tasa de desempleo elevada, incluso en época de expansión económica. Con el paso de los años, la población cada vez más envejecida, menos población activa, y más en edad de jubilación, las cuentas no salen...A nadie le gusta darse de bruces con la realidad, pero esto es una realidad inalienable.


En resumidas cuentas, la reforma del sistema de pensiones español no sólo es necesaria actualmente, de cara al futuro, sino que lleva siendo necesaria desde hace un par de lustros, o tres. Todos los gobiernos de este país (y del resto, claro) lo han sabido, y uno tras otro (González, Aznar, y ahora Zapatero) han ido posponiendo esta medida tan impopular, pero tan necesaria, hasta que el país se ha visto obligado a acometerla. Ahora todos clamamos contra el actual gobierno porque es éste quien la ha llevado a cabo, si hubiera sido el anterior, hubiéramos clamado contra el anterior. Sin tintes ideológicos, alguien lo tenía que hacer. Era inevitable, se llevaba posponiendo mucho tiempo, y el color del gobierno que la tuviera que acometer no iba a ser relevante; no se trata de una medida pro-social o anti-social, sino de una medida inevitablemente necesaria. Simplemente se trata de adaptarse a los tiempos: si cuando se vivía hasta los 75 se trabajaba hasta los 65, ahora que se vive hasta los 80 (realmente la esperanza de vida es superior a 80 años), se trabajará hasta los 67; visto así, hasta poco retraso parece y todo.
Era una reforma necesaria desde el punto de vista económico (está bastante claro desde este prisma), y comprensible desde el punto de vista social, porque no había más remedio que acometerla si queremos vivir en eso que los nórdicos llamaron "estado de bienestar" hace casi un siglo.
Podría haber sido peor, podrían haber pasado otros 30 años, y cuando la situación fuera del todo insostenible, los políticos se mirarían entre sí y pensarían "el uno por el otro, la casa sin barrer", como dice mi abuela, pensionista actual, a sus nietos, los ¿pensionistas? del futuro.

(*) Sólo comparo actual/futuro teniendo en cuenta una prestación del 100%, y un escenario con todas las reformas plenamente asentadas en el sistema.
(*2) Por tomar un año no muy lejano demográficamente, sin ninguna connotación adicional.


jueves, 24 de marzo de 2011

Basilea III

Uno de los primeros post de este blog estuvo dedicado a la transformación de la caja de ahorros de LaCaixa en CaixaBank. En él se hacía mención a otras conversiones en el sector bancario español, como la unión de CajaMadrid, Bancaja, y otras cajas menores para formar Bankia, que ahora ve publicitariamente la luz en el mercado. Todas estas conversiones tienen su motivo en un conjunto de normas llamado Basilea III.


Creado para regular el sistema financiero bancario, Basilea III es un conjunto de normas promulgado por el Comité de Basilea de Supervisión Bancaria (BCBS). El objetivo de este paquete de medidas no es otro que evitar una futura crisis financiera; evitarla si se trata de una crisis con los mismos ingredientes que ésta que estamos padeciendo desde hace unos años. Si los ingredientes cambian (como suele pasar, la picaresca de la economía es muy variada), no servirán de mucho, claro... pero esto es "harina de otro costal".En cualquier caso, Basilea III se crea con la intención de evitar la repetición de una crisis de circunstacias similares a la actual.

Ejemplo de picaresca...

Bromas aparte, el tema de cómo no se puede evitar una crisis económica (eventual, futura, podemos llamarlo como queramos, pero sucederá porque la economía es siempre cíclica) daría para escribir un libro, o varios.
Si le dices a un niño que no le pegue patadas a un balón, se las dará a una lata o a un banco; es decir, el propósito (que el niño se esté quieto) no lo lograrás. En economía pasa algo parecido: si se prohíbe (o más bien no se recomienda) invertir en tal o cual activo porque es "de riesgo", todos los agentes irán corriendo a invertir en él, y si se ponen los cauces para evitar una crisis financiera basada en la liquidez y la confianza del sistema bancario internacional, la crisis próxima tendrá tintes completamente diferentes. Lo veremos en 20 años, o en 30. 

En cualquier caso, el post de hoy está dedicado a explicar qué es Basilea III y para qué sirve, toda vez que su objetivo ya ha sido descrito: evitar una crisis económica de características similares a la actual, o al menos evitar que los estados tengan que ayudar financieramente a sus propios bancos y cajas de ahorro. 
¿Cómo lograr este objetivo? Obligando a que los bancos guarden más dinero para una posible crisis, y que éste sea invertido en activos de bajo riesgo, y alta liquidez. En otras palabaras, obligando a los bancos a ahorrar, qué curioso. Aunque realmente lo curioso es que hasta ahora lo que no hacían era precisamente ahorrar, una institución concebida para guardar el dinero de otras personas...curioso, muy curioso, si se piensa a bote pronto. A bote "lento", todos sabemos que un banco más que guardar dinero de otras personas, lo que hace es "jugar" con él: prestarlo a terceras personas, invertirlo, reinvertirlo, solicitar préstamos a otros bancos, etc. Pero ahorrarlo, y guardarlo, que es lo que se supone hacen, desde luego no.
Basilea III se concibe con este objetivo: igual que el ciudadano de a pie ahorra "por si acaso", este paquete de medidas obligará a los bancos y cajas a hacer lo propio. Por si acaso. 
Las principales mediadas que se han tomado con las siguientes:
- El ratio de capital estructural de un banco (llamado TIER 1) pasará a ser del 6 %, cuando actualmente es de un 4 %. Además, el capital central de la TIER 1 será del 4 % cuando hoy es del 2 %. Estos ratios se obtienen teniendo en cuenta el total del capital del banco. El capital estructural de un banco son sus reservas básicas de dinero, y se calculan según el riesgo de los activos en los que este dinero está invertido, mediante coeficientes. De este modo, 100 € invertidos con un riesgo del 50 % son 50 € (100x0,5=50 €), lo mismo que 50 € invertidos con un riesgo del 0 % (50x1=50 €). La implantación de estas dos reglas comenzará en enero de 2013, y serán de plena vigencia a partir de enero de 2015.
- Se establece un concepto nuevo llamado "colchón de conservación", cuya cuantía (el 2,5 %) se suma al capital TIER 1. Cualquier banco que no cumpla con este colchón se enfrentará a restricciones como la supervisión de pagos de dividendos, recompra de acciones, o los bonos a ejecutivos del banco. Actualmente no existe nada similar a este "colchón de conservación"; será introducido paulatinamente en enero de 2016, y se implantará definitivamente en enero de 2019.
- Se establece otro concepto nuevo, otro colchón, en este caso de capital. En este caso se trata de un colchón de entre un 0 y un 2,5 % formado por acciones comunes o otro tipo de capital capaz de absorber eventuales pérdidas. No existe nada parecido en la actualidad, y no se ha fijado fecha para su establecimiento, puesto que se ha tomado más como una medida de recomendación que como una imposición. De ahí que el ratio sea del CERO por ciento al 2,5 por ciento.
- Ratio de apalancamiento: por primera vez se introduce en el sistema bancario este concepto, muy presente en la empresa privada común, y que hace referencia a la capacidad de liquidez de la empresa/banco teniendo en cuenta la liquidez de sus activos y el tipo de financiación con el que se han obtenido (tipo de deuda que hay que afrontar). Se pondrá a prueba un ratio de apalancamiento del 3 % del TIER 1, antes de establecer un ratio de obligado cumplimiento en enero de 2018, cuya cuantía aún no está fijada. Todo dependerá de cómo sea de positiva la prueba con el 3 %.
- Liquidez: los bancos deberán tener una deuda soberana de alta calidad, para poder hacer frente a eventuales problemas financieros en el corto y medio plazo; incluye asímismo deuda corporativa de alta calidad.

En definitiva, con Basilea III se busca mejorar la liquidez del sistema bancario, así como mejorar su capacidad de respuesta ante posibles problemas financieros, algo que no se había previsto hasta ahora de modo tan serio, ya que nunca nos habíamos enfrentado a una crisis con estos "ingredientes", y de consecuencias tan nefastas como las que hemos conocido.

Fuente: wikipedia. Recomiendo leer en inglés, si se maneja un poco el idioma, y leer también Basilea II, importante para entender los cambios de Basilea III.




lunes, 7 de marzo de 2011

Deuda pública y más

En principio esta entrada iba a estar dedicada a las subastas de bonos, pero al ser ésta parte integrante del conjunto de la Dueda pública de una nación, he preferido hacer un post conjunto. También, al estar relacionado, se tratará el tema del riesgo país, asociado también en gran parte a la Deuda Pública. Además, el tema de las subastas de bonos no da para mucho más que explicar qué es, cómo funciona, y el porqué de que España haya tenido una interesante (por negativa) encrucijada, de la que parece remonta paulatina, pero lentamente. Todo este asunto ha sido noticia hace unos meses, cuando se especulaba con un casi seguro rescate del país por parte de la UE, como han sido los casos de Grecia e Irlanda; a estas dos naciones se iban a añadir España y Portugal, pero parece que la situación se ha normalizado un poco, si bien en realidad no ha variado mucho, aunque no aparezca en portada en los diarios.
Es más fácil de comprender una noticia si habla de la reducción del límite de velocidad en las autopistas, aunque el matiz periodístico es similar: crítica a la gestión de la crisis que ha hecho (y continua haciendo) el gobierno.


Pero me parece que mejor empezar con el principio...¿Qué es la Deuda pública? ¿Qué tiene que ver con las subastas de bonos? ¿Por qué se dice que hay crisis de Deuda Pública? Para responder a estas preguntas he optado por sacar apuntes de asignaturas del pasado (Hacienda Pública, y Sistema Financiero Español, fundamentalmente, ya ninguna se imparte, creo, en el Grado), y por visitar la web de referencia en consultas, la fiel wikipedia. Dejo el enlace al post de wikipedia para quien quiera echar un ojo al original, o guste de una explicación más detallada y técnica de este asunto que se trata hoy. Yo intentaré adaptar los tecnicismos a un lenguaje más de andar por casa, para que se entienda mejor.


La Deuda Pública es el conjunto de deudas que mantiene una nación con terceras partes, que pueden ser particulares, empresas, u otras naciones. Es decir, las deudas que tiene el Estado. En España, el organismo encargado de su emisión, pago, y control, es el Tesoro.
Al igual que nosotros, las personas de a pie, el Estado se endeuda para financiarse. Un estado se financia normalmente a través de sus impuestos, directos (como el IVA) o indirectos (como el IRPF). Pero en casos de necesitar una financiación extra, acude a la emisión de Dueda Pública; este mecanismo de financiación tiene otro fin además de la propia financiación. Estos son los motivos por los que un estado puede emitir Deuda Pública:
- El más evidente, porque el Estado necesita financiación que no obtendrá por los medios ordinarios, o porque la necesita en el corto plazo.
- El íntrínseco, menos evidente, y que requiere de explicación: para regular la cantidad de dinero disponible en una economía, y con esto, el nivel de precios, que afecta no sólo a los precios, sino al empleo, y a prácticamente todas las variables y marcadores económicos (tasa de paro, tipo de interés, etc.). No en vano, el mayor objetivo del BCE es el control de la inflación de los precios (mantenerla en valores en torno al 2%). El mecanismo es el siguiente: si la inflación es elevada, el objetivo es reducirla, para estabilizar los precios; el Estado emitirá Deuda Pública, que, al ser comprada, reducirá la cantidad de dinero en circulación (origen del alza de precios), y esto acarreará un descenso de precios, y un mejor control de la inflación. El peligro (pocas veces se hace) es cuando el fenómeno es el contrario, se quiere incrementar la cantidad de dinero porque los precios caen (se conoce como deflación); en este caso, el Estado compra Deuda pública, es decir, cambia los títulos de Deuda Pública por dinero, en lugar de a la inversa. Es peligroso, porque la deflación es un fenómeno económico más difícil de controlar que la inflación, y en consecuencia, más temido, aunque puede que carezca de sentido esta afirmación. La deflación hace caer los precios, y así la producción y el empleo, y colapsa en suma el sistema productivo y económico.


Por si acaso no se me entiende bien...

Con la Deuda Pública, además de controlarse (en cierto modo, un tanto arcaico, y no demasiado efectivo en la actualidad, a mi parecer) varios aspectos de la economía de una nación, se calcula otro término que ha puesto de moda la crisis económica y financiera actual: el riesgo país. Hay que ver, si todo el mundo leyese y se mostrase un poco interesado en las noticias de la prensa, la carrera que estudio no se impartiría, con la cantidad de experto en economía suelto que ha generado la crisis...
El riesgo país no sólo se calcula en base a la Deuda Pública, sino a otras cuestiones como la estabilidad económica y política de la nación, por ejemplo. En concreto de la Deuda Pública se mira el tipo de interés al que es ofertada en el mercado; si es alto, entraña más riesgo, y viceversa. Esto se puede extrapolar a la inmensa mayoría de productos financieros: si da más dinero, es más peligroso, y viceversa (para atraer posibles compradores, claro). Este riesgo país es calculado por diferentes agencias de rating (que así se llama el cálculo de estos aspectos), siendo las empresas más famosas que se dedican a esto Moody´s, Standard&Poor´s, y J.P. Morgan. En base al estudio del riesgo país se evalúa el riesgo país, y la calidad financiera de la Deuda Pública, que no es otra cosa que la seguridad y facilidad con la que el país deudor devuelve el importe de la deuda a su acreedor (liquidez, en tecnicismo económico). Con estos datos se elabora un ranking, referencia para todo aquel que guste de invertir en estos productos.


Una vez explicado el concepto de Deuda Pública, lo que pueden hacer los Estados con ella, y cómo esta se clasifica, es importante explicar qué tipos de Deuda Pública existen en nuestro país. Es decir, los distintos títulos de Deuda Pública, y sus características:
  • Letras del Tesoro: Se emiten en subastas mensuales, y su plazo de recuperación es de 3, 6, 12 y 18 meses, si bien el Tesoro puede eliminar alguno de estos plazos al emitirla. Tienen un valor nominal de 1.000 €, y se emiten mediante descuento. Esto significa que, transcurrido el plazo, se obtiene esta cantidad, pero en el momento de la compra se paga una cantidad inferior, dependiente del tipo de interés al que se emita la letra.
  • Bonos del Estado: Se emiten normalmente una vez al mes, si bien no existe una periodicidad prefijada. Su plazo de recuperación es de 3 o de 5 años.
  • Obligaciones del Estado: Se subastan una vez al mes, y su plazo de recuperación es de 10, 30, o más años.
En función de la necesidad y la finalidad de la emisión de Deuda Pública, se emitirá un producto u otro.

El funcionamiento de las subastas de Deuda Pública no es tan simple como que todo aquel que quiera comprarla se pase por una administración pública y la adquiera, como si de un billete de lotería se tratase. De trata de un mercado regulado en que los participantes han de cumplir ciertas condiciones. Este y otros aspectos (algunos ya tratados en este post) se resumen en el siguiente documento de word, parte de lo estudiado para el examen en una de las asignaturas de las que hablaba al principio:


Del concepto, utilidades, clasificación, y tipos de Deuda Pública en España queda poco más que añadir, con lo cual ha llegado el momento de analizar la noticia que hacía unos meses llenaba portadas de periódicos, y que hizo saltar un apunte de índole puramente económica al ámbito de la crítica social (una vez más).
Debido al alto tipo de interés al que se vendía la Deuda Pública de España y de Portugal (y también debido a su déficit público, motivo por el cual emitían tanta deuda), cuasi se afirmaba que la dupla ibérica pronto formaría parte de los países ayudados por el fondo económico de la UE, como le sucedió a Grecia y a Irlanda. Unido a vender Deuda a altos tipos de interés, o a causa de esto precisamente, la misma obtuvo un descenso en su nota de calidad (por parte de S&P), y ambos aspectos hicieron temer que el famoso "rescate" era cuestión de tiempo. Sim embargo, transcurridos unos meses, esta posibilidad se ha alejado, y realmente la situación no ha cambiado practicamente en nada.
España vendía Deuda a altos tipos de interés en diciembre, y lo sigue haciendo ahora; la situación se ha estabilizado porque con motivo de controlar el déficit estatal, se realizó una subasta de proporciones más que importantes, y, contra (casi) todo pronóstico, se vendió a un tipo de interés más bajo del que se suponía. Esto significó una tendencia positiva para el Tesoro español, que desde diciembre del pasado año (momento de mayor incertidumbre con el tema del famoso "rescate") ha visto como el tipo de interés al que "colocaba" (en argot financiero, equivale a vender) su Deuda, disminuía. En la última subasta de febrero, esta tendencia continúa. Dejo un link de la noticia:


Si bien el riesgo país no disminuye, el tipo de interés si lo hace, y al tener estos dos indicadores una cierta relación causal (de causa y efecto), si disminuye el tipo de interés es porque  la estabilidad y la fiabilidad de la Deuda es superior. El riesgo país, de esta manera, ha de tender a disminuir de igual manera. Sin embargo, nada se ha vuelto a saber del consabido "rescate", que era poco menos que un hecho hace sólo unos pocos meses. Y la situación financiera española no ha variado tanto desde entonces...

Mi opinión personal es que el rescate financiero no será necesario para el caso de la economía española, porque partía con ventaja con respecto a los países que sí lo han necesitado (Grecia e Irlanda) al principio de la crisis financiera. Conviene recordar que España era, hasta la entrada de la crisis, una de las economías más punteras de la UE (cómo lo conseguía es la causa de la crisis que actualmente atravesamos, el "ladrillazo"), y su nivel de endeudamiento público era bajo entonces, por lo que podía permitirse cierto margen de maniobra con este tema. Si bien este margen se ha agotado ya, como demostró el aumento del tipo en la Deuda, todo hace indicar que la situación de la Deuda Pública española se estabilizará en este 2011, y que la calificación de la misma, así como el riesgo país, lo harán con ella. Todo ello, si no se invierte la tendencia positiva de los últimos meses, claro.

Si bien la crisis tiene muchos agujeros que tapar todavía...



martes, 1 de marzo de 2011

¿Qué es una OPA?

¿Qué es lo primero que se nos viene a la mente con la palabra OPA? A muchos el pseudo-éxito veraniego de aquel "cantante" de hace unos años: "Opá, yo voy a hacé un corrá".

A otros, generalmente relacionados con el mundo empresarial y/o económico, ya sea por afición, razón de estudios, o laboral, se nos viene a la cabeza que OPA ni tan siquiera es una palabra, y que si esta pregunta es una aberración en sí misma, más aún lo es la respuesta dada. OPA es un acrónimo. OPA es Oferta Pública de Adquisición. OPA es traspaso de poderes empresarial. OPA es un sinfín de noticias diarias de índole predominantemete económica en la que, generalmente, el pez grande se come al chico, como dice el refrán. OPA puede ser muchas otras cosas, y sin embargo, es una sóla. Es, simple, y llanamente, un acrónimo. Un acrónimo que rara vez salta de la crónica económica, pero que ya ha saltado a la crónica social en alguna ocasión. Un acrónimo que, tras leer este post, espero que todos sepamos significar debidamente con lo que determina.

Empecemos por el principio:
¿Qué es una OPA? OPA es un acrónimo de la expresión Oferta Pública de Adquisición. Una OPA existe y tiene lugar cuando una persona física (una persona normal y corriente) o jurídica (una empresa) pretende adquirir acciones u otros valores propiedad de una sociedad cuyo capital esté admitido en su totalidad o en parte a negociación en alguna bolsa de valores. El fin de esta persona (oferente) es alcanzar una participación significativa con derecho a voto dentro de la sociedad (sociedad afectada); se considera una participación significativa aquella superior al 25% del capital de la sociedad afectada.
Puede ser amitosa, si es aceptada por la cúpula directiva de la sociedad afectada, o puede ser hostil, si no es aceptada.
Es decir, una OPA reúne las siguientes características:
- Una tentativa de adquisición. Puede fructificar o no, pero se denomina OPA de todos modos.
- Esta adquisición es llevada a cabo por una persona física o jurídica.
- El valor de dicha adquisición ha de ser superior al 25% del capital (participación significativa) de la sociedad afectada, para ser considerada una OPA. Además, esta participación da derecho a voto.
- El capital de la sociedad afectada ha de estar admitido a negociación en alguna bolsa de valores. Todo el capital, o al menos, parte del mismo.
El fin perseguido por el oferente, como se ha podido comprobar, es obtener el control de la sociedad afectada mediante el control de sus derechos de voto. En las sociedades anónimas (S.A.) la toma de decisiones se somete a votación entre todos sus accionistas, representados con acciones. Cada acción, un voto. De esta manera, quien controle el mayor número de acciones decide el devenir de la sociedad, además de obtener una mayor cuota de beneficios, por supuesto. Los beneficios se reparten de manera equitativa de igual manera que el derecho a voto: una acción, un tanto por ciento del total de beneficios. A modo de ejemplo: una S.A. tiene su capital dividido en 100 acciones. Una persona que controle 30 acciones, tiene un derecho de voto del 30% y obtiene el 30% de los beneficios a distribuir de la S.A.
Tras leer este párrafo, a uno se le queda una duda importante: si la OPA finaliza bien para el oferente, y se hace con el control de, por ejemplo, un 35% del derecho a voto de la sociedad afectada, ¿por qué se da por sentado que tiene el control de la sociedad? ¿no debería tener al menos el 51% del derecho a voto para que así fuera?
Si, pero no. Una S.A. cuyo capital esté sujeto a negociación en bolsas de valores tiene buena parte de este capital negociado en estos mercados, y los poseedores de este capital, en caso de tener derecho a voto, no ejercen. Asímismo, otra parte importante del capital está distribuido en pequeños accionistas, que, aún con derecho a voto, la mayoría no lo ejercen. Son los llamados accionistas domésticos: reciben su parte de beneficios, pero no asisten (la mayoría) a las juntas de accionistas, que es donde se someten a votación las decisiones de la sociedad. En EEUU gran parte del capital de las empresas está en manos de accionistas domésticos: en Europa no es una parte tan importante, pero sí es una parte significativa del capital de una sociedad. Debido a estas razones, controlar un porcentaje superior al 25% de los votos de una sociedad supone en la práctica un control efectivo sobre el devenir de la sociedad. Depende de la empresa, pero suele ser así. De hecho, se considera accionista mayoritario a aquella persona que controle un porcentaje superior al 10% del derecho a voto de la sociedad, porque se considera que esta persona (recordemos, puede ser física o jurídica) influye notoriamente en la toma de decisiones de la sociedad.

Creo que el concepto es fácil de asimilar a primera vista. Un oferente busca controlar el derecho a voto de una sociedad (afectada), para controlar de manera efectiva la propia sociedad. Sin embargo, el proceso no es tan sencillo. El oferente, como en toda transacción comercial, ha de ofrecer a la sociedad afectada un precio que satisfaga sus intereses. Por ejemplo, si la acción de esta sociedad en bolsa cotiza a 3 €, el oferente, para que su oferta sea tenida en cuenta, debe ofrecer una cantidad superior, por ejemplo, 3,20 € por acción. Una vez el oferente realice su oferta, la sociedad afectada, a través de su cúpula directiva, decide aceptar (OPA amistosa) o declinar (OPA hostil) la oferta. Si la OPA es aceptada, el oferente pasa a controlar el porcentaje sobre el que ha efectuado la oferta, siempre superior al 25%, por ejemplo, un 46%.
Si la OPA es declinada, el oferente puede optar por 2 caminos:
- El inmediato, retirar la oferta, y retirarse él mismo. 
- Incrementar la oferta hecha por acción; siguiendo el ejemplo anterior, a 3,50 €/acción, con el fin de que esta oferta sea aceptada por la cúpula directiva de la sociedad afectada.
En el caso de que finalmente la cúpula directiva de la sociedad afectada acepte la OPA, se tratará de una OPA amistosa, como ya hemos visto anteriormente.
Pero entonces...¿qué es una OPA hostil? Una OPA hostil, como hemos visto en la definición, es una OPA no aceptada por la cúpula directiva de la sociedad afectada. No importa el número de ofertas rechazadas, si ninguna es aceptada, se tratará de una OPA hostil. Por el contrario, si alguna es aceptada, será una OPA amistosa (la oferta aceptada, el resto no).
¿Puede llegar a fructificarse una OPA hostil? Si, y el mecanismo es más fácil de lo que parece. Siguiendo con el ejemplo anterior: la cúpula directiva ha rechazado la última OPA de 3,50 €/acción. Sin embargo, puede que haya accionistas que consideren que la oferta es buena, y decidan aceptarla. En este caso, se trata de una OPA hostil. Rechazada por la cúpula directiva de la sociedad afectada, pero aceptada por accionistas de la propia sociedad. El grado de éxito de la OPA hostil dependerá de la aceptación de la OPA por los accionistas: si el oferente lanza una OPA por (siguiendo el mismo ejemplo anterior) el 46% del derecho a voto de la sociedad, ésta es declinada por la cúpula directiva, pero aceptada por los accionistas, el éxito dependerá de cuál es el porcentaje de accionistas que decide aceptarla: si el porcentaje es igual o superior al 46%, la OPA es un éxito para el oferente (raras veces ocurre esta circunstancia de forma tan directa), si es inferior al 46%, será el oferente quien decida el grado de éxito, pero inicialmente, se puede afirmar que la OPA no ha tenido éxito. En cualquiera de los casos, se trata de una OPA hostil (siempre que supere el 25% del derecho a voto, claro).

Y hablando de OPAs, la más famosa en nuestro país en los últimos años ha sido la de Endesa. Han intervenido en ella gobiernos, empresas nacionales, extranjeras, comisiones nacionales y extranjeras, y llenado páginas y páginas de diarios nacionales y extranjeros. La OPA a Endesa (fueron muchas OPAs de hecho) significó el paso de una OPA de la crónica económica a la social. Significó una vez más, que el pez grande se come al chico, tanto en el propio caso Endesa, como con GasNatural, que adquirió UniónFenosa tras ser rechazada su OPA a Endesa. Una crónica resumida, ordenada, y bastante bien documentada de este suceso que duró varios años la he encontrado en wikipedia:

http://es.wikipedia.org/wiki/OPAs_sobre_Endesa

Tras terminar este proceso, quedaron varias preguntas en el aire, sin respuesta. La más importante podría dirigirse a Manuel Pizarro, Director General de Endesa por aquellos entonces: ¿Cómo calificaría su gestión al frente de Endesa, teniendo en cuenta que por esta sociedad se ha ofrecido un precio por acción hasta casi 4 veces superior al que cotizaba en bolsa? La respuesta de Pizarro no la sabemos, tampoco sé siquiera si alguien se lo habrá preguntado alguna vez. Pero sí se sabe que la gestión deja alguna sombra, en base a una doble lectura: si alguien ofrece más del triple por acción en base al valor de cotización de la empresa en bolsa es porque ese alguien piensa que puede obtener este rendimiento de la sociedad, de lo contrario sería tirar el dinero. Entonces, la gestión de Pizarro tiene esta doble lectura que adelantaba: o, por un lado, no gestionaba Endesa debidamente bien, es decir, no aprovechaba sus recursos suficientemente bien (si lo hiciera su valor de cotización bursátil sería mayor); o algo se ocultaba tras una OPA de tanto valor con respecto al valor original de la acción. En cualquier caso, es agua pasada, y no tendremos ninguna respuesta sobre este "extraño" asunto. Por el momento, no las hay. Y las que hay, no son muy esclarecedoras...
                                           
Espero que la próxima vez que alguien nos mencione la palabra OPA, perdón, el acrónimo OPA, no pensemos en una canción del verano...

miércoles, 23 de febrero de 2011

El IBEX 35, pasado y futuro

Este post de hoy va a ir dedicado a una descripción del IBEX 35, el conjunto de valores de empresas más importante de España, y uno de los más relevantes del panorama financiero internacional. Es un índice de capitalización bursátil ponderado, lo cual significa que no todas las empresas tienen el mismo peso a la hora de calcular el valor de cotización conjunto; cada empresa, en base a su volumen de negocio (tanto en moneda -€ en este caso- como en órdenes de compra y venta) representa una parte del total. Por ejemplo, una empresa con 100 de volumen de negocio representará mas porcentaje dentro de un índice ponderado que una empresa de volumen 50. No todos los índices bursátiles son como el IBEX 35. El Dow Jones de EEUU, por ejemplo,  no es un índice ponderado, y en él las empresas están valoradas por igual a la hora de calcular la cotización conjunta. Personalmente, encuentro más fiel (y útil) el sistema de índice ponderado, ya que representa mejor la realidad: si el valor de una empresa que aglutina el 20 % del dinero y órdenes cae un, pongamos, 10 %, la capitalización conjunta del índice caería un 2 % (el 10% del 20 % que representa esta empresa del total, y por supuesto, sin tener en cuanta la valoración del resto). En cambio, si el índice no es ponderado, y está formado por 100 empresas, la cotización conjunta no caerá ese 2 %, sino el 2 % del 1 %, es decir, un ínfimo 0,02 %. Pero en realidad, el valor que se pierde no es del 0,02 %, sino del 2 % para ese índice bursátil. Por eso encuentro más apropiado el empleo de un índice ponderado. Esto es sólo un ejemplo de lo más sencillo, en las bolsas de valores la ponderación no se calcula tan fácilmente, es algo más complejo*.
El IBEX 35 lo forman las 35 empresas más líquidas de entre todas las que cotizan en el SIBE (Sistema de Interconexion Bursátil Electrónico, concecta las 4 bolsas de España: Madrid, Barcelona, Valencia, y Bilbao). Esto significa que las empresas que lo forman varían dependiendo del momento en que nos encontremos; si una empresa deja de ser de las 35 más líquidas del SIBE, es sustituida por otra que sí lo sea. Actualmente, las empresas más importantes (las que mayor volumen de negocio manejan) que forman parte del IBEX 35 son BBVA, Santander, Telefónica, y Repsol-YPF. Esto significa que si la cotización bursátil de estas empresas cae en las bolsas españolas, la cotización general del IBEX 35 descenderá casi con total seguridad. Esto es debido a que estas empresas aglutinan por sí solas un porcentaje del índice ponderado capaz de hacerlo variar en base a su cotización. Por ello es conveniente seguir la valoración de los títulos (acciones) de estas empresas, pues un descenso o subida de alguno de ellos hace variar toda la valoración del conjunto del IBEX 35.
Actualmente el IBEX 35 camina por encima de los 10.000 puntos, lo que significa que lleva unos años en los que no "va ni pa´lante ni pa´trás". Justamente desde que estalló la crisis financiera, hallá por 2007, 2008 en nuestro país, que vamos con retraso hasta para esto... Entonces ya tenía un blog de noticias económicas(*2) para otra asignatura (Economía mundial, de LADE), en el que, echando un vistazo al pasado... parece que todo ha cambiado más bien poco... los temas eran muy similares: rescate monetario a la banca, caídas/subidas de Bolsa (en estos 3 años el IBEX 35 ha resistrado la mayoría de ascensos y descensos críticos de toda su historia*), alza de precios, despidos en masa y desempleo en altos niveles, etc. Cambia la fecha. Me he quedado sorprendido, la verdad, y he pensado que seguramente será verdad que las crisis económicas son como remolinos de agua: pasas por A, después por B, más tarde por C, y luego repites el proceso con escasas variaciones. Creo que la idea es del famoso economista del siglo XX Keynes, pero tanpoco recuerdo exactamente si es así. Pues en el caso de la cotización bursátil del IBEX 35, desde luego que es así. Ronda entre los 11.000 y los 8.000 puntos desde hace ya unos cuatro años. Ahora más cercano a los 11.000, pues se supone (indicios hay, desde luego) que estamos dejando atrás la crisis, que estamos viendo la luz al final del tunel... todo para volver al punto de inicio, la valoración por encima de los 11.000 puntos que tenía el IBEX 35 antes de que se notase la crisis en España; bueno, antes que se hiciera oficial y se constatase socialmente, porque la cotización del IBEX 35 llevaba cayendo unos meses desde los 14.000 - 15.000 puntos. En el siguiente gráfico puede observarse muy bien esta "montaña rusa".
Gráfica paraIBEX 35 (^IBEX)
Las perspectivas sobre la evolución del valor de las empresas que forman el IBEX 35 no son muy deterministas; más bien, el panorama se contempla con cierto escepticismo. Si bien hace unos meses, el paisaje financiero pintaba mucho mejor (para bien), desde comienzo de este 2011 se han sucedido, una tras otra, distintas revueltas en muchos países árabes. Empezó en Túnez, siguió en Egipto, y las revoluciones populares amenazan con derrocar la mayoría de regímenes vigentes en el mundo árabe: Libia, Arabia Saudï, etc.

¿Y qué tiene esto que ver con la valoración bursátil del IBEX 35? No sólo tiene que ver con el IBEX 35, sino con todos los índices bursátiles del mundo. En estos países se produce la mayor parte del petróleo que se consume en el resto del mundo. Concretamente en Libia, el país de más rabiosa actualidad ahora mismo, se produce aproximadamente el 20 % del petróleo que se consume en el resto del mundo. Si la actividad económica en Libia está parada a causa de las revueltas populares, ese 20 % no se está produciendo, y, al haber menor cantidad de petróleo en el mercado, su precio aumenta, ya que su demanda no desciende en este 20 %. Es más, la demanda de este bien es prácticamente inelástica, lo que significa que pase lo que pase con su precio, su volumen de venta seguirá siendo más o menos el mismo. A ejemplos prácticos, si se producen 100 litros de petróleo a 1 € el litro, y se venden los 100, cuando la producción caiga ese 20 % y pasen a producirse 80 litros de petróleo, el precio aumentará porque la demanda de uso seguirá siendo de 100 litros. Quien vende sabe que puede aumentar el precio porque el tipo de demanda (inelástica) que seguirá demandándolo hará que se siga vendiendo. Este precio aumentará aproximadamente desde 1 € hasta, mínimo, 1,20 €/litro, lo que permite al vendedor percibir los mismos ingresos para una cantidad menor de venta. Naturalmente, si la demanda fuese más elástica, más influenciable por el precio, dejaría de comprar este bien ante una eventual subida en el precio del mismo. Pero el petróleo es de los primeros, un bien de demanda más bien inelástica.
Si la situación en Libia no se normaliza, el precio seguirá subiendo, y si se extiende a otros países productores de petróleo, como lo son la mayoría del mundo árabe actualmente sacudido por estas revueltas sociales, el precio del petróleo subirá aún más (al disminuir la cantidad producida), como es lógico siguiendo el mismo razonamiento que en el caso libio.
Todavía no le vemos la relación al asunto del IBEX 35, las bolsas, y la subida del precio del petróleo... Bien. En las bolsas de todo el mundo, no sólo se negocian valores y acciones a presente, sino también a futuro. En estas negociaciones el objetivo es conocer cuál será el precio futuro (en un mes, dos meses, un año, etc.) de los distintos bienes: cereal, minerales, y por supuesto, el más importante, el petróleo. Es el más importante porque condiciona el precio de todos los demás bienes, pues los transportes de cereal o mineral necesitan de petróleo que mueva los motores de los camiones, aviones, y demás medios de transporte. Si existe incertidumbre sobre lo que va a pasar en estos países a corto plazo, mucho más difícil es prever lo que puede pasar a más largo plazo. Y en base a la situación social irregular de estas naciones, la producción del llamado "oro negro" se resiente, y su precio es una incógnita difícil de determinar.
Debido a esta causa capital y a otras de menor relevancia actualmente (con actualmente quiero decir hoy, esta semana, si mañana se acaban las revueltas árabes es algo que nadie puede saber), la evolución bursátil es algo complicado de medir. En cualquier caso, si cesaran las revueltas en el mundo árabe, habría otros muchos condicionantes que dificultarían la determinación de si entramos en una etapa alcista, o por el contrario, los valores descenderán: cambios en el sistema financiero y bancario europeo, evolución del empleo, entre otras muchas. Además de las propias de cada sector, y de cada empresa particular.

(*) Consulta la fórmula de capitalización del IBEX 35, y las fechas de descensos/ascensos del IBEX 35 en http://es.wikipedia.org/wiki/IBEX_35. A su vez me ha servido de fuente para los aspectos del principio del post.
(*2) El blog en cuestión: http://miki5vk.blogspot.com/search?updated-max=2008-11-25T07%3A49%3A00-08%3A00&max-results=7

jueves, 17 de febrero de 2011

Érase un sueldo

Todos conocemos por las noticias la reciente aparición de la canciller alemana Angela Merkel y el regreso de una idea de tiempos pasados que se resumía en la frase "vente a Alemania, Pepe".
Durante las décadas de mediados del siglo pasado (años 50 y 60) no fueron pocos los antepasados nuestros que marcharon de España a Alemania, a Francia, y a otras naciones (pero fundamentalmente a Alemania) en busca de unas mejores condiciones laborales con el objetivo de prosperar en la vida, y regresar de allí en mejor situación que en la que partieron.
Bien, pues hace un mes aproximadamente, la dirigente de este país teutón nos hizo una visita. Y no traía pan debajo del brazo, sino trabajo para la colonia de parados españoles. Se recibío la noticia con entusiasmo, pero a mi me dejó una sensación de escepticismo, más bien. El trabajo que ofrecía no sería para la colonia de parados (compuesta mayoritariamente por personal con poca cualificación y de edades superiores a los 40 años), sino para ingenieros altamente cualificados (de los que apenas necesitan que les den trabajo, ya lo tienen), y jóvenes. La idea ya no era tan atractiva como parecía en un principio, pero seguía siendo ataractiva para este colectivo de ingenieros jóvenes y cualificados...
Hasta que se descubrió cómo serían las condiciones laborales que estas personas tendrían en Alemania: contratos poco menos que de becarios (por hacer el símil a "la española"), renovables cada poco tiempo, y OH! sorpresa, sujetos a productividad.

Aquí en nuestro país este concepto nos parece muy novedoso, una evolución salarial en base a la productividad del trabajador. Aquí los salarios evolucionan en base al IPC (Indice de Precios al Consumo, una tasa representativa de la evolución de los precios de los bienes y servicios más consumidos por la población), si evolucionan, porque a la mayoría de trabajadores las empresas nos mantienen un sueldo congelado desde que entramos a trabajar en ellas...
El caso es que a partir de la visita de Angela Merkel a nuestro país se ha empezado a debatir si puede ser bueno hacer como en Alemania, y dejar que la evolución de los salarios dependa de la productividad del trabajador. A priori suena muy justo, si trabajas mejor, cobras más, si trabajas peor, menos. Pero...

Hoy he leído esta noticia en el diario Que, y me he propuesto hacer un balance de pros y contras de cada uno de los métodos que se están debatiendo de evolución de salarios. La noticia, después de leerla, incita a acogerse a medir los sueldos por productividad. Dejo link de la noticia:

http://www.que.es/ultimas-noticias/economia/201102170757-subidas-sueldo-ligadas-productividad-objetivos-cont.html?anker_5

Ahora mismo en España, la evolución de los salarios está ligada a la evolución de los precios, calculado esto con el IPC, como hemos dicho anteriormente. Este método tiene la principal ventaja de que equipara el sueldo a los precios, esto es evidente, de lo cual se desprende que los trabajadores mantienen el mismo poder adquisitivo desde que entran en la empresa y comienzan a trabajar en ella, hasta que salen de la misma, ya que si los precios suben, su sueldo sube en la misma proporción. A cambio, tiene la desventaja de ser injusto con el factor productividad de los trabajadores: cobra el mismo sueldo quien tiene una productividad del 10 % que quien tiene una productividad del 50 %. Los sindicatos mantienen que este es el mejor método para medir la evolución de los salarios, y que no hay necesidad de cambiarlo ahora.

El método que ha traido el debate es el que pretende medir la evolución salarial en base a la productividad de los trabajadores. Se usa en otros países, y aquí en nuestro país, también se usa, si bien de manera encubierta, mediante incentivos a la venta para los trabajos comerciales, o con el empleo de contratos llamados "freelance" en que los trabajadores son empleados por una empresa, pero cotizan a la Seguridad Social como autónomos. Para los trabajadores ("aplicados") tiene la ventaja de que premian su mayor eficiencia laboral; para las empresas, les permite ajustar el coste destinado al pago de sueldos a lo que producen los perceptores de los mismos, y el principal inconveniente (para los trabajadores) de que, al no estar ligado el salario al nivel de precios, se puede perder poder adquisitivo. La CEOE (comisión de empresarios) aprueba la imposición de este método.

El método alternativo, propuesto por la ministra Elena Salgado, es la evolución del salario tomando como base los beneficios obtenidos por la empresa. Es una fórmula que se emplea en los niveles altos de las empresas, en la que muchos altos directivos de las mismas valoran su salario (o la mayor parte del mismo) conforme a los beneficios obtenidos por la empresa en un determinado período. Como ejemplo de ésto, la actual polémica sobre la eliminación de los bonus a los directivos de CajaMadrid. Tiene la principal ventaja, para las empresas, de que los trabajadores se involucran más con la empresa y no sólo con su trabajo exclusivamente. Hasta ahora ni CEOE ni sindicatos están a favor de este método, incluso la propia ministra ha dicho que prefiere dar libertad a que cada empresa decida el método que crea más adecuado a sus necesidades.

Una vez descritos los 3 métodos que se están debatiendo, me gustaría dar una pequeña valoración personal a cada uno de ellos.
El método de valorar la evolución salarial conforme al IPC es el más justo de los tres en base a una adecuación del sueldo con aquello a lo que va fundamentalmente destinado: la compra de bienes y servicios. Sin embargo, resulta injusto que un trabajador ineficiente perciba el mismo sueldo que uno muy eficiente en su labor, por lo cual el método de cálculo en base a la productividad sería el más justo si nos atenemos a esta percepción.
Con esta afirmación, me viene la primera pregunta: ¿Cómo se puede medir la productividad en el trabajo? Hay trabajos en los que es fácil: en una fábrica de cajas, quien haga más cajas en menos tiempo. Pero hay otros trabajos en los que no es tan sencillo. En este tipo de empleos es en los que surge el problema: sin una definición clara de productividad, este método no puede aplicarse. El método IPC puede aplicarse a todos los campos por igual. Además, si se aprobase este método, muchas empresas aprovecharían para ajustar este campo al máximo y de esta manera ahorrarse el mayor dinero posible; algo que pasaría seguro en la situación de crisis actual, pero que cambiaría en una situación de desempleo bajo para que pasara justo lo contrario y hacerse con el personal más preparado y/o adecuado al puesto. Esta fluctuación de salarios podría conllevar problemas en el mercado y los precios.
Por último el método beneficios es al que más pegas le encuentro: la determinación de beneficios ya de por sí es algo que las empresas maquillan de mil maneras para ahorrarse en impuestos; si además con ello se pudieran ahorrar en salarios, la contabilidad creativa sería declarada bien de interés cultural por la nación. Además, tendría el mismo problema que el método productividad: la fluctuación de los sueldos (esta vez en base a la determinación de beneficios) puede conllevar nefastas consecuencias en el mercado y en los precios.
La que creo puede ser una opción es la de elaborar un método mixto en base a los dos primeros, IPC y productividad. Sería justo con los trabajadores más eficientes y al mismo tiempo mantendría el nivel adquisitivo general en unos valores aceptables para el general de los trabajadores. Todo ello teniendo en consideración una correcta determinación de los niveles de productividad a alcanzar en el puesto de trabajo.

En conclusión, tras el análisis, me viene a la cabeza el dicho aquel de "más vale malo conocido que bueno por conocer", siempre que se aplique, claro.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Un sueño imposible

En mi primer año de universidad (2007/2008) estudié en la Licenciatura de Administración y Dirección de Empresas una asignatura que se llamaba "Economía mundial" (digo se llamaba porque con las nuevas titulaciones de Grado ha desaparecido junto con otras tantas). Se trataba de una asignatura en la que se estudiaban aspectos de índole macroeconómica en lo referente al comercio entre naciones: balanza comercial, tasas y aranceles, historia de todo ello, etc. Hasta ahora ha sido una de las asignaturas que más me ha gustado (de las pocas, realmente, y es una pena pero la mayoría son del grupo de las desparecidas). Al año siguiente estudié otra de las asignaturas de las que estoy hablando, llamada "Organización económica de mercados", que no me gustó tanto pero completó a la primera en el sector privado (Economía mundial trataba sobre sector público fundamentalmente).

El caso es que el profesor que impartió ese curso esta asignatura dejaba cada poco tiempo varias "perlas" de materia económica, a las que entonces, en los albores de la carrera, no encontraba demasiado sentido. Muchas de ellas las recuerdo, la verdad es que era de las pocas asignaturas a las que asistíamos la mayoría de los alumnos de la clase. Incluso venían de otros grupos de la titulación a nuestra clase, cuando esto se podía hacer, y la presencia en clase, al ser voluntaria, era prácticamente testimonial en la mayoría de asignaturas. Más aún en el segundo cuatrimestre (abril/mayo), cuando el sol hacía brillar el cesped del campus y el aula se convertía irremediablemente en una jaula con mesas.
Pues en esta asignatura, el aula estaba llena cada día, incluso los viernes.

Dejando recuerdos al margen, una de las "perlas" que mencionó este profesor fue que el sistema financiero y comercial mundial no es eficiente, porque para que pudiera serlo, debería estar "globalizado", como una UE o EEUU, pero a nivel mundial. Y que, tarde o temprano, esto sería una realidad. A su planteamiento añadía que tras cada crisis importante, el mercado financiero y comercial se globalizaba un poco más: reducción y eliminación de aranceles comerciales, firma de tratados de colaboración y cooperación (GATT, por ejemplo), creación de organismos supranacionacionales (UE, OMC), etc. En base a la historia, no es descabellado pensarlo, desde luego...

Al leer esta mañana la noticia de que dos de las bolsas más importantes del mundo se fusionan, he recordado este apunte. Dejo link de la noticia:

http://www.elpais.com/articulo/economia/Bolsas/Francfort/Nueva/York/acuerdan/fusion/elpepueco/20110215elpepueco_13/Tes#

En este caso, se han fusionado las bolsas de Frankfurt y Nueva York (bueno, sus principales grupos, pero me referiré a este asunto con estos términos para acortar la nomenclatura), y de esta unión nacerá la mayor empresa (o grupo empresarial, mejor dicho) del mundillo bursátil en base a ingresos y capitalización. De esta unión no sólo se obtiene un mayor potencial de obtención de beneficios (en base a una segura mejora de la capacidad de financiación propia y/o ajena, naturalmente), sino un ahorro en costes cifrado ahora en unos 300 millones de euros en los primeros 3 años. En definitiva, un aumento de eficiencia: más ingresos, a unos costes menores, resultado de la fusión.

La propia noticia añade que esta unión lleva planteada desde hace unos años (así como otras, como la unión de las bolsas de Toronto y Londres), pero que se lleva a cabo ahora. Como decía este profesor, las decisiones se toman después de las grandes crisis, igual que con los cortes de electricidad se producen "baby-boom" nueve meses después. Ahora, en la situación actual, asomando la cabeza tras la tempestad financiera, se produce la voluntad de acuerdos que en otras situaciones más favorables nunca hubieran sido posibles.

¿Por qué estos acuerdos se toman tras las crisis? La respuesta es más simple de lo que parece: en época de bonanza económica, imperan la idea de que el libre comercio es la mejor manera de articular un sistema financiero. De esta manera, cada nación, empresa, o institución compiten en el mercado y ganan las más poderosas, que a la postre son quienes deciden en esto de la economía. Y todo está bien mientras sea así.
Sin embargo, tras la calma, regresa la tempestad, y se suceden las crisis financieroeconómicas cada cierto tiempo: crack del 29, II Guerra Mundial (cuyo componente económico es muy interesante, más allá de la locura racial nazi, cuyo origen es económico también), crisis del petróleo, burbuja de las .com, o la crisis actual. Mientras duran las crisis, se cultiva una idea de que mediante la cooperación las naciones, empresas, etc. se hacen más fuertes, y fruto de esta reflexión nacen la UE (tras la II Guerra Mundial nace el germen de la misma, la CECA), o la OMC, entre otras instituciones de menor nombre. Con la crisis actual, se han fusionado un gran número de empresas, entidades financieras, e instituciones, que sostienen que con estas conversiones crecen económicamente, sobre todo en términos de eficiencia.
Ahí están los resultados: las naciones UE han crecido por encima (es una hipótesis casi segura) de lo que lo habrían hecho por separado; o los grupos empresariales que paulatinamente se han ido fusionando, actualmente figuran como los principales de las bolsas mundiales (BBVA, Santader, ACS, Telefónica, por citar ejemplos españoles).

Sin embargo, aunque está claro que la globalización económica y financiera ha traído consigo un aumento de eficiencia, principalmente producto de una disminución de tasas, impuestos, de costes en definitiva, ha hecho crecer paulatinamente la brecha entre quienes fructifican estos acuerdos y quien queda al margen de los mismos. De esta manera, las bolsas de Frankfurt y Nueva York conseguirán un aumento de eficiencia, en parte por la disminución de costes, como ya hemos dicho, pero también fruto de un aumento de ingresos, producido, sobre todo, por convertirse en la GRAN referencia mundial. ¿Positivo? Para ellas sí, pero el resto de bolsas tendrán que hacer lo propio si quieren convertir contra este conglomerado germano-estadounidense en ingresos y capitalización. Seguramente, las bolsas europeas, la japonesa, y el resto de importantes trazarán acuerdos similares para no quedarse atrás. Pero los mercados de valores latinoamericanos, africanos, y el resto de menor relevancia internacional, se quedarán atrás, un poco más atrás de lo que ya estaban. Y la brecha crecerá un poco más, hasta la próxima oportunidad de dejarles un poco más atrás, cada vez más lejos.
Esto mismo ocurre con las entidades financieras actualmente: las que se han fusionado siguen adelante, mejor o peor, y las que no han podido, se han quedado atrás, y tenderán a desaparecer frente a la competencia.

Cada acuerdo entre dos, perjudicará necesariamente a un tercero.

Dos ideas quedan claras tras esta lectura de la noticia:
  1. La unión y cooperación trae consigo un aumento de eficiencia para los participantes de acuerdos o fuciones, derivado sobre todo de un ahorro en costes, y también...
  2. También derivado de convertirse en un gran grupo, referencia para el resto, lo que conlleva un movimiento de capitales de empresas, grupos, naciones, etc. menos relevantes hacia los partícipes del acuerdo/fusión, aumentan sus ingresos.
  3. En base a estas premisas, estas empresas, naciones, etc. no partícipes de acuerdos/fusiones quedan descolgadas y los capitales con que antes competían son atesorados en su mayoría por el grupo referencia que ahora forman los partícipes de acuerdos/fuciones.
  4. Se agranda la brecha entre quienes suelen formar parte de los acuerdos/fusiones (empresas, naciones más poderosas financieroeconómicamente), y quienes no.

Y es que como también dijo el mismo profesor, esta futura "realidad eficiente" nunca será realmente eficiente al 100% porque con cada aumento de eficiencia "global", se produce una disminución de equidad global (esta sí, sin comillas). Y es que para este profesor la globalización para ser llamada como tal, debería incluir a todos, no a unos cuantos, y procuraba no emplear esta palabra por no significar lo que realmente determina.