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miércoles, 23 de febrero de 2011

El IBEX 35, pasado y futuro

Este post de hoy va a ir dedicado a una descripción del IBEX 35, el conjunto de valores de empresas más importante de España, y uno de los más relevantes del panorama financiero internacional. Es un índice de capitalización bursátil ponderado, lo cual significa que no todas las empresas tienen el mismo peso a la hora de calcular el valor de cotización conjunto; cada empresa, en base a su volumen de negocio (tanto en moneda -€ en este caso- como en órdenes de compra y venta) representa una parte del total. Por ejemplo, una empresa con 100 de volumen de negocio representará mas porcentaje dentro de un índice ponderado que una empresa de volumen 50. No todos los índices bursátiles son como el IBEX 35. El Dow Jones de EEUU, por ejemplo,  no es un índice ponderado, y en él las empresas están valoradas por igual a la hora de calcular la cotización conjunta. Personalmente, encuentro más fiel (y útil) el sistema de índice ponderado, ya que representa mejor la realidad: si el valor de una empresa que aglutina el 20 % del dinero y órdenes cae un, pongamos, 10 %, la capitalización conjunta del índice caería un 2 % (el 10% del 20 % que representa esta empresa del total, y por supuesto, sin tener en cuanta la valoración del resto). En cambio, si el índice no es ponderado, y está formado por 100 empresas, la cotización conjunta no caerá ese 2 %, sino el 2 % del 1 %, es decir, un ínfimo 0,02 %. Pero en realidad, el valor que se pierde no es del 0,02 %, sino del 2 % para ese índice bursátil. Por eso encuentro más apropiado el empleo de un índice ponderado. Esto es sólo un ejemplo de lo más sencillo, en las bolsas de valores la ponderación no se calcula tan fácilmente, es algo más complejo*.
El IBEX 35 lo forman las 35 empresas más líquidas de entre todas las que cotizan en el SIBE (Sistema de Interconexion Bursátil Electrónico, concecta las 4 bolsas de España: Madrid, Barcelona, Valencia, y Bilbao). Esto significa que las empresas que lo forman varían dependiendo del momento en que nos encontremos; si una empresa deja de ser de las 35 más líquidas del SIBE, es sustituida por otra que sí lo sea. Actualmente, las empresas más importantes (las que mayor volumen de negocio manejan) que forman parte del IBEX 35 son BBVA, Santander, Telefónica, y Repsol-YPF. Esto significa que si la cotización bursátil de estas empresas cae en las bolsas españolas, la cotización general del IBEX 35 descenderá casi con total seguridad. Esto es debido a que estas empresas aglutinan por sí solas un porcentaje del índice ponderado capaz de hacerlo variar en base a su cotización. Por ello es conveniente seguir la valoración de los títulos (acciones) de estas empresas, pues un descenso o subida de alguno de ellos hace variar toda la valoración del conjunto del IBEX 35.
Actualmente el IBEX 35 camina por encima de los 10.000 puntos, lo que significa que lleva unos años en los que no "va ni pa´lante ni pa´trás". Justamente desde que estalló la crisis financiera, hallá por 2007, 2008 en nuestro país, que vamos con retraso hasta para esto... Entonces ya tenía un blog de noticias económicas(*2) para otra asignatura (Economía mundial, de LADE), en el que, echando un vistazo al pasado... parece que todo ha cambiado más bien poco... los temas eran muy similares: rescate monetario a la banca, caídas/subidas de Bolsa (en estos 3 años el IBEX 35 ha resistrado la mayoría de ascensos y descensos críticos de toda su historia*), alza de precios, despidos en masa y desempleo en altos niveles, etc. Cambia la fecha. Me he quedado sorprendido, la verdad, y he pensado que seguramente será verdad que las crisis económicas son como remolinos de agua: pasas por A, después por B, más tarde por C, y luego repites el proceso con escasas variaciones. Creo que la idea es del famoso economista del siglo XX Keynes, pero tanpoco recuerdo exactamente si es así. Pues en el caso de la cotización bursátil del IBEX 35, desde luego que es así. Ronda entre los 11.000 y los 8.000 puntos desde hace ya unos cuatro años. Ahora más cercano a los 11.000, pues se supone (indicios hay, desde luego) que estamos dejando atrás la crisis, que estamos viendo la luz al final del tunel... todo para volver al punto de inicio, la valoración por encima de los 11.000 puntos que tenía el IBEX 35 antes de que se notase la crisis en España; bueno, antes que se hiciera oficial y se constatase socialmente, porque la cotización del IBEX 35 llevaba cayendo unos meses desde los 14.000 - 15.000 puntos. En el siguiente gráfico puede observarse muy bien esta "montaña rusa".
Gráfica paraIBEX 35 (^IBEX)
Las perspectivas sobre la evolución del valor de las empresas que forman el IBEX 35 no son muy deterministas; más bien, el panorama se contempla con cierto escepticismo. Si bien hace unos meses, el paisaje financiero pintaba mucho mejor (para bien), desde comienzo de este 2011 se han sucedido, una tras otra, distintas revueltas en muchos países árabes. Empezó en Túnez, siguió en Egipto, y las revoluciones populares amenazan con derrocar la mayoría de regímenes vigentes en el mundo árabe: Libia, Arabia Saudï, etc.

¿Y qué tiene esto que ver con la valoración bursátil del IBEX 35? No sólo tiene que ver con el IBEX 35, sino con todos los índices bursátiles del mundo. En estos países se produce la mayor parte del petróleo que se consume en el resto del mundo. Concretamente en Libia, el país de más rabiosa actualidad ahora mismo, se produce aproximadamente el 20 % del petróleo que se consume en el resto del mundo. Si la actividad económica en Libia está parada a causa de las revueltas populares, ese 20 % no se está produciendo, y, al haber menor cantidad de petróleo en el mercado, su precio aumenta, ya que su demanda no desciende en este 20 %. Es más, la demanda de este bien es prácticamente inelástica, lo que significa que pase lo que pase con su precio, su volumen de venta seguirá siendo más o menos el mismo. A ejemplos prácticos, si se producen 100 litros de petróleo a 1 € el litro, y se venden los 100, cuando la producción caiga ese 20 % y pasen a producirse 80 litros de petróleo, el precio aumentará porque la demanda de uso seguirá siendo de 100 litros. Quien vende sabe que puede aumentar el precio porque el tipo de demanda (inelástica) que seguirá demandándolo hará que se siga vendiendo. Este precio aumentará aproximadamente desde 1 € hasta, mínimo, 1,20 €/litro, lo que permite al vendedor percibir los mismos ingresos para una cantidad menor de venta. Naturalmente, si la demanda fuese más elástica, más influenciable por el precio, dejaría de comprar este bien ante una eventual subida en el precio del mismo. Pero el petróleo es de los primeros, un bien de demanda más bien inelástica.
Si la situación en Libia no se normaliza, el precio seguirá subiendo, y si se extiende a otros países productores de petróleo, como lo son la mayoría del mundo árabe actualmente sacudido por estas revueltas sociales, el precio del petróleo subirá aún más (al disminuir la cantidad producida), como es lógico siguiendo el mismo razonamiento que en el caso libio.
Todavía no le vemos la relación al asunto del IBEX 35, las bolsas, y la subida del precio del petróleo... Bien. En las bolsas de todo el mundo, no sólo se negocian valores y acciones a presente, sino también a futuro. En estas negociaciones el objetivo es conocer cuál será el precio futuro (en un mes, dos meses, un año, etc.) de los distintos bienes: cereal, minerales, y por supuesto, el más importante, el petróleo. Es el más importante porque condiciona el precio de todos los demás bienes, pues los transportes de cereal o mineral necesitan de petróleo que mueva los motores de los camiones, aviones, y demás medios de transporte. Si existe incertidumbre sobre lo que va a pasar en estos países a corto plazo, mucho más difícil es prever lo que puede pasar a más largo plazo. Y en base a la situación social irregular de estas naciones, la producción del llamado "oro negro" se resiente, y su precio es una incógnita difícil de determinar.
Debido a esta causa capital y a otras de menor relevancia actualmente (con actualmente quiero decir hoy, esta semana, si mañana se acaban las revueltas árabes es algo que nadie puede saber), la evolución bursátil es algo complicado de medir. En cualquier caso, si cesaran las revueltas en el mundo árabe, habría otros muchos condicionantes que dificultarían la determinación de si entramos en una etapa alcista, o por el contrario, los valores descenderán: cambios en el sistema financiero y bancario europeo, evolución del empleo, entre otras muchas. Además de las propias de cada sector, y de cada empresa particular.

(*) Consulta la fórmula de capitalización del IBEX 35, y las fechas de descensos/ascensos del IBEX 35 en http://es.wikipedia.org/wiki/IBEX_35. A su vez me ha servido de fuente para los aspectos del principio del post.
(*2) El blog en cuestión: http://miki5vk.blogspot.com/search?updated-max=2008-11-25T07%3A49%3A00-08%3A00&max-results=7

jueves, 17 de febrero de 2011

Érase un sueldo

Todos conocemos por las noticias la reciente aparición de la canciller alemana Angela Merkel y el regreso de una idea de tiempos pasados que se resumía en la frase "vente a Alemania, Pepe".
Durante las décadas de mediados del siglo pasado (años 50 y 60) no fueron pocos los antepasados nuestros que marcharon de España a Alemania, a Francia, y a otras naciones (pero fundamentalmente a Alemania) en busca de unas mejores condiciones laborales con el objetivo de prosperar en la vida, y regresar de allí en mejor situación que en la que partieron.
Bien, pues hace un mes aproximadamente, la dirigente de este país teutón nos hizo una visita. Y no traía pan debajo del brazo, sino trabajo para la colonia de parados españoles. Se recibío la noticia con entusiasmo, pero a mi me dejó una sensación de escepticismo, más bien. El trabajo que ofrecía no sería para la colonia de parados (compuesta mayoritariamente por personal con poca cualificación y de edades superiores a los 40 años), sino para ingenieros altamente cualificados (de los que apenas necesitan que les den trabajo, ya lo tienen), y jóvenes. La idea ya no era tan atractiva como parecía en un principio, pero seguía siendo ataractiva para este colectivo de ingenieros jóvenes y cualificados...
Hasta que se descubrió cómo serían las condiciones laborales que estas personas tendrían en Alemania: contratos poco menos que de becarios (por hacer el símil a "la española"), renovables cada poco tiempo, y OH! sorpresa, sujetos a productividad.

Aquí en nuestro país este concepto nos parece muy novedoso, una evolución salarial en base a la productividad del trabajador. Aquí los salarios evolucionan en base al IPC (Indice de Precios al Consumo, una tasa representativa de la evolución de los precios de los bienes y servicios más consumidos por la población), si evolucionan, porque a la mayoría de trabajadores las empresas nos mantienen un sueldo congelado desde que entramos a trabajar en ellas...
El caso es que a partir de la visita de Angela Merkel a nuestro país se ha empezado a debatir si puede ser bueno hacer como en Alemania, y dejar que la evolución de los salarios dependa de la productividad del trabajador. A priori suena muy justo, si trabajas mejor, cobras más, si trabajas peor, menos. Pero...

Hoy he leído esta noticia en el diario Que, y me he propuesto hacer un balance de pros y contras de cada uno de los métodos que se están debatiendo de evolución de salarios. La noticia, después de leerla, incita a acogerse a medir los sueldos por productividad. Dejo link de la noticia:

http://www.que.es/ultimas-noticias/economia/201102170757-subidas-sueldo-ligadas-productividad-objetivos-cont.html?anker_5

Ahora mismo en España, la evolución de los salarios está ligada a la evolución de los precios, calculado esto con el IPC, como hemos dicho anteriormente. Este método tiene la principal ventaja de que equipara el sueldo a los precios, esto es evidente, de lo cual se desprende que los trabajadores mantienen el mismo poder adquisitivo desde que entran en la empresa y comienzan a trabajar en ella, hasta que salen de la misma, ya que si los precios suben, su sueldo sube en la misma proporción. A cambio, tiene la desventaja de ser injusto con el factor productividad de los trabajadores: cobra el mismo sueldo quien tiene una productividad del 10 % que quien tiene una productividad del 50 %. Los sindicatos mantienen que este es el mejor método para medir la evolución de los salarios, y que no hay necesidad de cambiarlo ahora.

El método que ha traido el debate es el que pretende medir la evolución salarial en base a la productividad de los trabajadores. Se usa en otros países, y aquí en nuestro país, también se usa, si bien de manera encubierta, mediante incentivos a la venta para los trabajos comerciales, o con el empleo de contratos llamados "freelance" en que los trabajadores son empleados por una empresa, pero cotizan a la Seguridad Social como autónomos. Para los trabajadores ("aplicados") tiene la ventaja de que premian su mayor eficiencia laboral; para las empresas, les permite ajustar el coste destinado al pago de sueldos a lo que producen los perceptores de los mismos, y el principal inconveniente (para los trabajadores) de que, al no estar ligado el salario al nivel de precios, se puede perder poder adquisitivo. La CEOE (comisión de empresarios) aprueba la imposición de este método.

El método alternativo, propuesto por la ministra Elena Salgado, es la evolución del salario tomando como base los beneficios obtenidos por la empresa. Es una fórmula que se emplea en los niveles altos de las empresas, en la que muchos altos directivos de las mismas valoran su salario (o la mayor parte del mismo) conforme a los beneficios obtenidos por la empresa en un determinado período. Como ejemplo de ésto, la actual polémica sobre la eliminación de los bonus a los directivos de CajaMadrid. Tiene la principal ventaja, para las empresas, de que los trabajadores se involucran más con la empresa y no sólo con su trabajo exclusivamente. Hasta ahora ni CEOE ni sindicatos están a favor de este método, incluso la propia ministra ha dicho que prefiere dar libertad a que cada empresa decida el método que crea más adecuado a sus necesidades.

Una vez descritos los 3 métodos que se están debatiendo, me gustaría dar una pequeña valoración personal a cada uno de ellos.
El método de valorar la evolución salarial conforme al IPC es el más justo de los tres en base a una adecuación del sueldo con aquello a lo que va fundamentalmente destinado: la compra de bienes y servicios. Sin embargo, resulta injusto que un trabajador ineficiente perciba el mismo sueldo que uno muy eficiente en su labor, por lo cual el método de cálculo en base a la productividad sería el más justo si nos atenemos a esta percepción.
Con esta afirmación, me viene la primera pregunta: ¿Cómo se puede medir la productividad en el trabajo? Hay trabajos en los que es fácil: en una fábrica de cajas, quien haga más cajas en menos tiempo. Pero hay otros trabajos en los que no es tan sencillo. En este tipo de empleos es en los que surge el problema: sin una definición clara de productividad, este método no puede aplicarse. El método IPC puede aplicarse a todos los campos por igual. Además, si se aprobase este método, muchas empresas aprovecharían para ajustar este campo al máximo y de esta manera ahorrarse el mayor dinero posible; algo que pasaría seguro en la situación de crisis actual, pero que cambiaría en una situación de desempleo bajo para que pasara justo lo contrario y hacerse con el personal más preparado y/o adecuado al puesto. Esta fluctuación de salarios podría conllevar problemas en el mercado y los precios.
Por último el método beneficios es al que más pegas le encuentro: la determinación de beneficios ya de por sí es algo que las empresas maquillan de mil maneras para ahorrarse en impuestos; si además con ello se pudieran ahorrar en salarios, la contabilidad creativa sería declarada bien de interés cultural por la nación. Además, tendría el mismo problema que el método productividad: la fluctuación de los sueldos (esta vez en base a la determinación de beneficios) puede conllevar nefastas consecuencias en el mercado y en los precios.
La que creo puede ser una opción es la de elaborar un método mixto en base a los dos primeros, IPC y productividad. Sería justo con los trabajadores más eficientes y al mismo tiempo mantendría el nivel adquisitivo general en unos valores aceptables para el general de los trabajadores. Todo ello teniendo en consideración una correcta determinación de los niveles de productividad a alcanzar en el puesto de trabajo.

En conclusión, tras el análisis, me viene a la cabeza el dicho aquel de "más vale malo conocido que bueno por conocer", siempre que se aplique, claro.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Un sueño imposible

En mi primer año de universidad (2007/2008) estudié en la Licenciatura de Administración y Dirección de Empresas una asignatura que se llamaba "Economía mundial" (digo se llamaba porque con las nuevas titulaciones de Grado ha desaparecido junto con otras tantas). Se trataba de una asignatura en la que se estudiaban aspectos de índole macroeconómica en lo referente al comercio entre naciones: balanza comercial, tasas y aranceles, historia de todo ello, etc. Hasta ahora ha sido una de las asignaturas que más me ha gustado (de las pocas, realmente, y es una pena pero la mayoría son del grupo de las desparecidas). Al año siguiente estudié otra de las asignaturas de las que estoy hablando, llamada "Organización económica de mercados", que no me gustó tanto pero completó a la primera en el sector privado (Economía mundial trataba sobre sector público fundamentalmente).

El caso es que el profesor que impartió ese curso esta asignatura dejaba cada poco tiempo varias "perlas" de materia económica, a las que entonces, en los albores de la carrera, no encontraba demasiado sentido. Muchas de ellas las recuerdo, la verdad es que era de las pocas asignaturas a las que asistíamos la mayoría de los alumnos de la clase. Incluso venían de otros grupos de la titulación a nuestra clase, cuando esto se podía hacer, y la presencia en clase, al ser voluntaria, era prácticamente testimonial en la mayoría de asignaturas. Más aún en el segundo cuatrimestre (abril/mayo), cuando el sol hacía brillar el cesped del campus y el aula se convertía irremediablemente en una jaula con mesas.
Pues en esta asignatura, el aula estaba llena cada día, incluso los viernes.

Dejando recuerdos al margen, una de las "perlas" que mencionó este profesor fue que el sistema financiero y comercial mundial no es eficiente, porque para que pudiera serlo, debería estar "globalizado", como una UE o EEUU, pero a nivel mundial. Y que, tarde o temprano, esto sería una realidad. A su planteamiento añadía que tras cada crisis importante, el mercado financiero y comercial se globalizaba un poco más: reducción y eliminación de aranceles comerciales, firma de tratados de colaboración y cooperación (GATT, por ejemplo), creación de organismos supranacionacionales (UE, OMC), etc. En base a la historia, no es descabellado pensarlo, desde luego...

Al leer esta mañana la noticia de que dos de las bolsas más importantes del mundo se fusionan, he recordado este apunte. Dejo link de la noticia:

http://www.elpais.com/articulo/economia/Bolsas/Francfort/Nueva/York/acuerdan/fusion/elpepueco/20110215elpepueco_13/Tes#

En este caso, se han fusionado las bolsas de Frankfurt y Nueva York (bueno, sus principales grupos, pero me referiré a este asunto con estos términos para acortar la nomenclatura), y de esta unión nacerá la mayor empresa (o grupo empresarial, mejor dicho) del mundillo bursátil en base a ingresos y capitalización. De esta unión no sólo se obtiene un mayor potencial de obtención de beneficios (en base a una segura mejora de la capacidad de financiación propia y/o ajena, naturalmente), sino un ahorro en costes cifrado ahora en unos 300 millones de euros en los primeros 3 años. En definitiva, un aumento de eficiencia: más ingresos, a unos costes menores, resultado de la fusión.

La propia noticia añade que esta unión lleva planteada desde hace unos años (así como otras, como la unión de las bolsas de Toronto y Londres), pero que se lleva a cabo ahora. Como decía este profesor, las decisiones se toman después de las grandes crisis, igual que con los cortes de electricidad se producen "baby-boom" nueve meses después. Ahora, en la situación actual, asomando la cabeza tras la tempestad financiera, se produce la voluntad de acuerdos que en otras situaciones más favorables nunca hubieran sido posibles.

¿Por qué estos acuerdos se toman tras las crisis? La respuesta es más simple de lo que parece: en época de bonanza económica, imperan la idea de que el libre comercio es la mejor manera de articular un sistema financiero. De esta manera, cada nación, empresa, o institución compiten en el mercado y ganan las más poderosas, que a la postre son quienes deciden en esto de la economía. Y todo está bien mientras sea así.
Sin embargo, tras la calma, regresa la tempestad, y se suceden las crisis financieroeconómicas cada cierto tiempo: crack del 29, II Guerra Mundial (cuyo componente económico es muy interesante, más allá de la locura racial nazi, cuyo origen es económico también), crisis del petróleo, burbuja de las .com, o la crisis actual. Mientras duran las crisis, se cultiva una idea de que mediante la cooperación las naciones, empresas, etc. se hacen más fuertes, y fruto de esta reflexión nacen la UE (tras la II Guerra Mundial nace el germen de la misma, la CECA), o la OMC, entre otras instituciones de menor nombre. Con la crisis actual, se han fusionado un gran número de empresas, entidades financieras, e instituciones, que sostienen que con estas conversiones crecen económicamente, sobre todo en términos de eficiencia.
Ahí están los resultados: las naciones UE han crecido por encima (es una hipótesis casi segura) de lo que lo habrían hecho por separado; o los grupos empresariales que paulatinamente se han ido fusionando, actualmente figuran como los principales de las bolsas mundiales (BBVA, Santader, ACS, Telefónica, por citar ejemplos españoles).

Sin embargo, aunque está claro que la globalización económica y financiera ha traído consigo un aumento de eficiencia, principalmente producto de una disminución de tasas, impuestos, de costes en definitiva, ha hecho crecer paulatinamente la brecha entre quienes fructifican estos acuerdos y quien queda al margen de los mismos. De esta manera, las bolsas de Frankfurt y Nueva York conseguirán un aumento de eficiencia, en parte por la disminución de costes, como ya hemos dicho, pero también fruto de un aumento de ingresos, producido, sobre todo, por convertirse en la GRAN referencia mundial. ¿Positivo? Para ellas sí, pero el resto de bolsas tendrán que hacer lo propio si quieren convertir contra este conglomerado germano-estadounidense en ingresos y capitalización. Seguramente, las bolsas europeas, la japonesa, y el resto de importantes trazarán acuerdos similares para no quedarse atrás. Pero los mercados de valores latinoamericanos, africanos, y el resto de menor relevancia internacional, se quedarán atrás, un poco más atrás de lo que ya estaban. Y la brecha crecerá un poco más, hasta la próxima oportunidad de dejarles un poco más atrás, cada vez más lejos.
Esto mismo ocurre con las entidades financieras actualmente: las que se han fusionado siguen adelante, mejor o peor, y las que no han podido, se han quedado atrás, y tenderán a desaparecer frente a la competencia.

Cada acuerdo entre dos, perjudicará necesariamente a un tercero.

Dos ideas quedan claras tras esta lectura de la noticia:
  1. La unión y cooperación trae consigo un aumento de eficiencia para los participantes de acuerdos o fuciones, derivado sobre todo de un ahorro en costes, y también...
  2. También derivado de convertirse en un gran grupo, referencia para el resto, lo que conlleva un movimiento de capitales de empresas, grupos, naciones, etc. menos relevantes hacia los partícipes del acuerdo/fusión, aumentan sus ingresos.
  3. En base a estas premisas, estas empresas, naciones, etc. no partícipes de acuerdos/fusiones quedan descolgadas y los capitales con que antes competían son atesorados en su mayoría por el grupo referencia que ahora forman los partícipes de acuerdos/fuciones.
  4. Se agranda la brecha entre quienes suelen formar parte de los acuerdos/fusiones (empresas, naciones más poderosas financieroeconómicamente), y quienes no.

Y es que como también dijo el mismo profesor, esta futura "realidad eficiente" nunca será realmente eficiente al 100% porque con cada aumento de eficiencia "global", se produce una disminución de equidad global (esta sí, sin comillas). Y es que para este profesor la globalización para ser llamada como tal, debería incluir a todos, no a unos cuantos, y procuraba no emplear esta palabra por no significar lo que realmente determina.